fbpx

Blog

CPC en la práctica, parte IV

El Coaching de Equipos: la mirada desde el coach

Introducción

Continuando con la propuesta publicada en el número anterior, profundizaremos en el qué hacer del Coaching, abordando aspectos de la observación sobre los equipos, su relación geográfica con el mismo y las dinámicas que debe enfrentar para acompañar a las personas que desean mejorar su desempeño en conjunto.

¿Qué es el Coaching de Equipos?

Nos referimos a una metodología que desarrolla competencias profesionales desde el Coaching para acompañar a los equipos en el abordaje de su inconsciente colectivo, en el desarrollo de su paradigma consciente de interacción y la consecución de su alto desempeño. A partir de empoderamiento de sus integrantes, la conciencia sobre su interacción sistémica y el desarrollo responsable de su auto-acompañamiento y dirección.

El desarrollo de esas competencias implica un entrenamiento que ahonda:

  • Las estrategias de observación sobre el equipo, en cuanto a:
    • Su geografía: forma de constituir sus espacios como predisposición a las interacciones.
    • Su dinámica: Las dinámicas reales de interacción.
Desde la observación

En los años 50´s Kurt Lewin empezaba a estudiar la influencia de los grupos y el liderazgo en grandes y chicos, pero se enfocaba en un concepto muy importante para la antropología: el marco, contexto o campo.

Strauss proponía que para comprender a una comunidad antigua y extinta, había que identificar las condiciones geográficas de la misma, el contexto en que vivieron en su espacio y tiempo, y para ello era preciso identificar las evidencias del mismo. Este concepto fue evolucionando e influenció todas las ciencias humanas, enseñando que antes de juzgar las costumbres de un grupo humano había que comprender el sentido y la representación social de sus hábitos y ritos, que para el observador quizás no tenían sentido, pero que eran muy valiosos para los locales.

Entonces, para cada persona que desee aprender de un grupo humano es preciso que comprenda su geografía o manejo del espacio, su dinámica, su delegación de roles y sus conversaciones a partir de lo que hacen o piensan hacer.

La geografía

La geografía es entendida a grandes rasgos como esa parte que estudia las características de los grandes espacios físicos – territorios- y que permite el desarrollo cartográfico –mapas- de los mismos, en esencia, para situar a las personas en relación a ese espacio físico. En el coaching de equipos es importante manejarnos en este nuevo espacio (grupos y equipos), entendiendo que según sea nuestra ubicación en dicho contexto, así será la percepción de los otros con relación a nuestra condición, y los mismos resultados que pueden alcanzar.

Una de las primeras acciones que define el facilitador coach con el equipo y el líder, es su posición con el equipo:

  • Posición del facilitador coach fuera del círculo: Cuando el grupo o equipo decide que el facilitador se ubique fuera del círculo del mismo, habla de la necesidad de que tome una postura neutral y le permita una retroalimentación de sus dinámicas reales, de que los deje moverse en autonomía. Posiblemente el equipo requiere una nueva mirada para mejorar sus dinámicas internas. También genera la sensación de respeto para que las personas se vayan soltando a las futuras actividades que invocan a la confianza y apertura (aspectos que miraremos en otro apartado de este texto: las conversaciones).
  • La posición del facilitador coach dentro del círculo: El facilitador también puede ser parte activa de las actividades del grupo en caso que quede explícito y predecible dicha necesidad, lo que es factible cuando falta un integrante del grupo o cuando se requieren actividades y resultados urgentes. Pero, al satisfacerse dicha necesidad, el facilitador debe anunciar su retorno fuera del círculo para devolverle la autonomía al grupo o equipo.

Cuando el facilitador ingresa al equipo este cambia su identidad, el elemento nuevo le aporta herramientas o características nuevas y el facilitador tenderá a liderar, por ello al ingresar tendrán que definir el impacto de su rol bajo las necesidades actuales del mismo equipo.

  • La  posición del equipo: El equipo requiere espacios adecuados para desarrollar sus actividades, y más bajo la perspectiva del coaching. El equipo necesita el contexto adecuado para trabajar fluidamente.

El facilitador coach apoya para que la consciencia del equipo asuma con responsabilidad las condiciones para un mejor contexto, para que sientan la importancia de su paradigma, para que puedan interactuar tranquilamente y con altos niveles de concentración.

La dinámica

Al observar la dinámica, obtenemos información sobre los fenómenos o sobre las cosas que pasan entre las personas que interactúan para alcanzar un objetivo en común (recuerden las reglas de juego, el resultado sin precedentes).

La dinámica de un grupo o equipo puede distinguirse de muchas maneras y en este espacio le proponemos al facilitador coach que capte, sienta y perciba el proceso, los modos y el juego de los integrantes.

  • Procesos: Este aspecto de la dinámica contiene los factores que regularían las posibles conductas del grupo para alcanzar el resultado sin precedentes, y se vinculan al paradigma con: reglas de oro, agenda, roles, manejo del tiempo y toma de decisiones.
  • Modos: Este aspecto de la dinámica se enfoca en las relaciones especiales que se establecen entre los integrantes sobre todo en términos de poder, pues se centra en la forma como ellos se alinean para tomar decisiones, lo que al mismo tiempo habla de su “proceso”. El facilitador coach es invitado a identificar estos modos y promover inquietudes a mejores relaciones, en caso de ser necesario.
  • A qué juegan: Los procesos y los modos tienen una intención, y esa intención cifra la motivación de los integrantes del equipo. Una forma de observar la intención de las dinámicas es proponerlo desde el juego, entendiendo al juego como la “onda” de lo que hace el grupo. Cada dinámica del juego tiene una perspectiva individual y otra grupal que hay que tenerla en cuenta para destrabar los procesos del equipo. Ambos frentes son necesarios y muy útiles.

La invitación es a poner en práctica estas distinciones para aprender a identificar cómo estos fenómenos de las interacciones cotidianas de un equipo influyen constantemente en sus decisiones y en la búsqueda de resultados. Hacer estas observaciones puede acompañarse de preguntas frente al mismo equipo para corroborar lo observado. Por ejemplo: “Equipo, con esto que está pasando, ¿Consideran que están jugando a ganar o perder?”, Para cerciorarse si el equipo se está dando cuenta de sus modos y del proceso implementado para conseguir una meta.

La invitación es a experimentar a partir de entender un poco más la geografía y las dinámicas generales de los equipos.

Por Julio González Acosta

Si te gustó, comparte!
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Otros posts

Te puede gustar